En medio de una crisis en la atención de animales abandonados, los trabajadores de control animal y organizaciones comunitarias están desempeñando un papel crucial para sostener los servicios que la ciudad necesita con urgencia.

Desde que Sunnyvale perdió su asociación de 18 años con la Sociedad Protectora de Animales del Valle de Silicon debido a un incendio devastador en diciembre, la ciudad ha tenido que apoyarse en un acuerdo de emergencia con los Servicios de Animales del Condado de Santa Clara. El problema: el nuevo centro de atención, ubicado en San Martin, está a más de 40 millas de distancia, complicando enormemente la logística de traslado de animales.

Peter Hoang, analista senior del Departamento de Seguridad Pública de Sunnyvale, presentó la situación ante el Concejo Municipal. Aunque Hoang aseguró que no se han recibido quejas oficiales, el alcalde Larry Klein confirmó que sí han surgido múltiples comentarios de descontento, principalmente por la distancia que ahora deben recorrer los trabajadores.

En este panorama, los trabajadores de control animal de Sunnyvale se han convertido en el eje que sostiene el sistema. Con solo dos oficiales disponibles para toda la ciudad, su carga de trabajo ha aumentado considerablemente. A pesar de que no existen registros específicos del tiempo que emplean en los traslados, resulta evidente que recorrer más de 80 millas en cada intervención representa un esfuerzo titánico que requiere dedicación y sacrificio.

Además de los empleados municipales, las organizaciones comunitarias han demostrado ser un complemento indispensable. Bay Area Cats, una organización sin fines de lucro, ha liderado campañas de esterilización y control de colonias de gatos en Sunnyvale. Gracias a su trabajo persistente, la población de gatos callejeros ha disminuido notablemente en los últimos años, demostrando que las alianzas comunitarias son tan vitales como las estructuras gubernamentales formales.

Vanessa Forney, fundadora de Bay Area Cats, advirtió que, sin una respuesta integrada entre trabajadores municipales, organizaciones y ciudadanos, Sunnyvale podría enfrentar nuevamente una explosión en la población de gatos callejeros. La solución, enfatizó, debe ser global: refugios locales, servicios de esterilización accesibles y programas de captura-esterilización-liberación coordinados.

La reciente decisión del Concejo Municipal de suspender la ordenanza que exigía el traslado de gatos callejeros saludables es un reflejo de la comprensión de que los recursos humanos actuales no pueden sostener esta política. No obstante, como reconoció el alcalde Klein, esta medida solo puede ser temporal; urge diseñar un plan a largo plazo que valore y refuerce el trabajo de los empleados de control animal.

Los trabajadores de Sunnyvale están realizando una tarea silenciosa pero esencial. Su esfuerzo, junto al de las organizaciones como Bay Area Cats, es el que mantiene el equilibrio ante la falta de instalaciones locales adecuadas. Mientras la ciudad explora nuevas alternativas de contratación y posibles construcciones de centros más cercanos, la comunidad debe reconocer la importancia de quienes, cada día, recorren largas distancias para proteger el bienestar animal de Sunnyvale.

En tiempos de crisis, son los trabajadores de base quienes sostienen a la ciudad. Ahora más que nunca, Sunnyvale necesita invertir en ellos y darles el apoyo que merecen.