El concejal Tordillos pide un “sí” por la Medida A
Por Carmen Palacios, La Movida Magazine
El concejal por el distrito 3 de San José, Anthony Tordillo, hizo un llamado urgente a toda la población a votar “Sí” a la Medida A y también a recuperar la Cámara de Representantes con un voto “Sí” a la Proposición 50, porque dijo que en este país “no kings”. Planteó que, frente a lo que él describe como los «abusos y la crueldad» del gobierno federal encabezado por Donald Trump, la comunidad debe organizarse, persistir y actuar políticamente.
En su discurso, en el parque Saint James (downtown de San José), mezcló un tono combativo —al criticar recortes presupuestarios federales y la concentración del poder— con uno esperanzado, al destacar la compasión, la solidaridad y la persistencia como motores para una sociedad más equitativa.
¿Qué es la Medida A?
La Medida A es una iniciativa local del condado de Santa Clara que propone aumentar el impuesto sobre las ventas en 0,625 % (cinco octavos de centavo) durante cinco años —desde aproximadamente abril del 2026 hasta 2031.
Se estima que generará unos 330 millones de dólares anuales para el presupuesto general del condado, con el fin de cubrir servicios públicos esenciales: salud de emergencia, hospitales, atención psiquiátrica, servicios de trauma— ante lo que los funcionarios locales han calificado de cortes federales severos.
La campaña a favor sostiene que la medida es una respuesta directa a los recortes federales en programas como Medicaid (Medi-Cal en California) y SNAP (asistencia alimentaria), que afectan directamente al sistema público de salud del condado.
La campaña en contra advierte que, al tratarse de un impuesto general, no está garantizado que los fondos se destinen exclusivamente a hospitales y salud, y que un impuesto sobre las ventas es regresivo, afectando a los hogares.
¿Qué opina el concejal Tordillos sobre la medida A?
Tordillos, en su arenga pública, no se limitó a mencionar la Medida A como un asunto técnico de impuestos: la vinculó a un discurso de resistencia cívica y de construcción colectiva.
Expresó que “la compasión es nuestra forma de resistencia”, subrayando que la solidaridad no es pasiva, es una táctica y que la resistencia no es solo gritar, es construir. Frente a la crueldad gubernamental, “respondamos con organización”.
El concejal de San José está convencido que defender la democracia también significa cuidar nuestros hospitales, nuestras escuelas, nuestros vecindarios. No se puede permitir que “el poder se concentre en manos de unos pocos”, aseguró.
En ese sentido, Tordillos plantea que votar “sí” a la Medida A no es sólo aprobar un aumento de impuestos, sino dar un paso colectivo para fortalecer la comunidad frente a fuerzas que la amenazan. Además, al vincularlo con la meta de cambiar la Casa Blanca en 2028, introduce una perspectiva de largo plazo: la medida local como una pieza de un cambio sistémico nacional.
La Medida A se presenta como una herramienta clave para sostener la infraestructura de servicios públicos básicos en un momento fiscal crítico. Según sus defensores la aprobación de esta medida es importante las siguientes razones:
1.- Protección del sistema de salud pública: En el condado de Santa Clara hay hospitales públicos que atienden a gran parte de la población dependiente de Medi-Cal, y ante los recortes federales, la falta de respaldo presupuestario podría traducirse en reducción de servicios y aumento de tiempos de espera.
2.- Respuesta local frente a políticas federales: Tordillos mismo vincula la medida con la resistencia a lo que percibe como una agenda de recortes del gobierno federal. En ese sentido, la medida A se convierte en un vehículo de afirmación ciudadana: que las comunidades locales toman cartas en el asunto cuando otros niveles de gobierno recortan.
3.- Impacto económico regional: Asociaciones empresariales como la Silicon Valley Leadership Group (SVLG) respaldan la medida argumentando que el cuidado de la salud también es un componente esencial de la competitividad económica de la región.
4.- Dimensión democrático política: Al hacer que los ciudadanos voten directamente la medida, refuerza la idea de participación local.
5.- Temporalidad y carácter de emergencia: La medida está diseñada como temporal (5 años) para cubrir un bache presupuestario determinado. Esto le da un elemento de urgencia, y permite plantear como “emergencia fiscal” frente a recortes externos.
Pese a que la Medida A no está exenta de polémica por tratarse de un aumento en el impuesto sobre ventas. Su aprobación es importante tomando en cuenta que San José —una zona urbana con diversidad étnica, económica y social— por lo tanto su aprobación implicaría que servicios como hospitales locales, atención de emergencias y salud mental puedan tener un respaldo reforzado, que beneficie directamente a comunidades vulnerables.
En su postura por el “SI”, Anthony Tordillos apela especialmente a los sectores que se sienten amenazados por recortes federales o por desigualdades estructurales a participar en las votaciones de noviembre.
“El pueblo debe posicionarse como líder de resistencia, articulador comunitario contra la concentración del poder, lo cual puede atraer votantes progresistas”, reafirmó.
Las declaraciones de Anthony Tordillos articulan un mensaje que va más allá del simple “vote SI”: buscan igualmente movilizar ciudadanía, plantear una narrativa de acción colectiva. La Medida A aparece como un instrumento, una medida concreta que puede reforzar servicios básicos.
Como periodista, la pregunta que cabe hacerse es: ¿puede esta medida —y este discurso— traducirse en resultados tangibles para los servicios públicos y en legitimidad política para quienes la promueven? ¿O permanecerá como la promesa de una resistencia simbólica sin suficientes garantías concretas? Esa será la prueba de fuego del próximo noviembre.
