Santa Clara se prepara para dar un paso decisivo hacia su transformación urbana. La construcción de un conjunto de viviendas de gran altura —con más de 600 unidades— promete aliviar parte del déficit habitacional que afecta a la región, pero también podría borrar del mapa a una decena de pequeños comercios que han sido el alma de la comunidad por años.
El proyecto, liderado por la promotora Toll Brothers, con sede en Pensilvania, contempla reemplazar el histórico centro comercial Moonlite, en el 2610 de El Camino Real, por tres edificios de entre seis y siete plantas. En total, se proyectan 601 viviendas, de las cuales 166 serían de precio asequible, además de 159 casas adosadas, amplias zonas verdes y espacios comerciales de menor escala.
La inversión privada en el desarrollo —que se espera concluya en 2029 si obtiene el visto bueno del Ayuntamiento— busca responder a los mandatos estatales que obligan a Santa Clara a construir 11.632 viviendas antes de 2031, más de la mitad de ellas asequibles. Sin embargo, el costo social de la modernización genera preocupación entre vecinos y comerciantes.
“Nos quitarán algo más que un local”
En el centro comercial Moonlite, cada negocio cuenta una historia de esfuerzo, migración y comunidad. La panadería y cafetería Dilkush, especializada en pasteles indios y chai iraní, abrió hace apenas dos meses, pero ya se había ganado el cariño de estudiantes internacionales y familias locales.
“Este es un lugar único. Aquí la gente encuentra sabores y costumbres que no existen en otro punto de Santa Clara”, cuenta Asish Baul, empleado del negocio. “Tal vez podamos reabrir en otro sitio, pero no sabemos qué pasará. No es fácil empezar de nuevo”.
El restaurante Brundavan, famoso por su biryani y haleem, o la tienda Moonlite Vacuum & Sewing Center, que ha sobrevivido por décadas, también se enfrentan a un futuro incierto.
Crecimiento o desplazamiento
Para muchos residentes, el proyecto representa tanto una oportunidad como una pérdida. Kevin Wang, quien vive en las inmediaciones desde hace 20 años, apoya el desarrollo por considerar que la ciudad necesita crecer con más densidad y opciones de vivienda.
“Estoy totalmente a favor de la densidad y de un proyecto que permita caminar y usar la bicicleta”, dice Wang. “Solo espero que no se olvide la parte funcional: necesitamos comercios de barrio, un supermercado, y que las viviendas asequibles se integren con el resto, no queden apartadas”.
Otros, como Theresa Touchatt, ven con tristeza cómo el rostro de Santa Clara cambia aceleradamente. “Crecí viniendo a este centro comercial. Era un lugar con vida. Ahora veo propiedades que se compran por millones, se desalojan los negocios y luego quedan vacías por años”, lamenta. “Me encantaría ver prosperar a los pequeños comerciantes, pero con los nuevos edificios y alquileres tan altos, solo las grandes cadenas pueden quedarse”.
Un futuro en debate
La propuesta de Toll Brothers incluye la colaboración con USA Properties Fund, que aportaría programas de prevención de desalojos, acceso a servicios sociales y actividades extraescolares para residentes. Pero, aunque las promesas apuntan al bienestar colectivo, los vecinos piden que no se pierda el espíritu del lugar.
Moonlite Center no es solo un conjunto de tiendas: es un punto de encuentro de comunidades migrantes, estudiantes, familias trabajadoras y adultos mayores que encontraron allí un rincón donde sentirse en casa.
