El Centro Internacional de Natación George F. Haines, un emblema del deporte en Santa Clara, lleva más de un año cerrado, dejando a nadadores, buceadores y residentes sin un espacio esencial para su entrenamiento y recreación.

La ciudad decidió cerrar el complejo en enero de 2024 debido a problemas de seguridad estructural derivados de años de deterioro. Según la portavoz municipal Janine de la Vega, las reparaciones necesarias son tan extensas que el complejo requiere una reconstrucción completa. Mientras tanto, se han destinado 2 millones de dólares para arreglos temporales que permitirían reabrir parcialmente la instalación con una capacidad limitada a 200 personas. Estos trabajos comenzaron el 13 de enero, pero la fecha de reapertura, originalmente prevista para abril, podría retrasarse por problemas estructurales inesperados, como daños en las barras de refuerzo.

A largo plazo, el financiamiento para la renovación del centro vendrá de la Medida I, un bono de infraestructura aprobado recientemente que destina 45 millones de dólares a las instalaciones acuáticas. Sin embargo, De la Vega advirtió que los costos de un proyecto de esta magnitud podrían superar ese presupuesto.

Equipos afectados y costos elevados

El cierre ha golpeado fuertemente a los equipos que entrenaban en el centro. El Club de Natación de Santa Clara, con más de 500 nadadores, ha tenido que dividirse en siete piscinas distintas, lo que ha disparado sus costos. Según su presidenta, Amanda Pease, los gastos actuales son 30 veces más altos que cuando el equipo entrenaba en el centro de natación.

El Club de Buceo de Santa Clara también enfrenta serias dificultades. Su entrenador, Todd Spohn, explicó que en South Bay no hay torres de buceo de tamaño reglamentario, por lo que el equipo debe viajar hasta Berkeley una vez por semana para practicar. Además, los buceadores entrenan en la piscina de la escuela secundaria Peterson, donde el agua es demasiado fría para mantener el rendimiento óptimo entre inmersiones.

A pesar de estos retos, los deportistas han logrado resultados impresionantes. El club de buceo obtuvo el décimo lugar en los campeonatos nacionales juveniles, con tres atletas entre los cinco mejores en sus categorías. De igual manera, dos nadadores del club se clasificaron para las pruebas olímpicas.

Un centro con legado olímpico

El Centro de Natación de Santa Clara ha sido una instalación icónica desde su apertura en la década de 1960. Allí entrenaron atletas legendarios como Mark Spitz, nueve veces medallista de oro olímpico, y Donna de Varona, quien ganó dos medallas de oro. El club de natación de la ciudad ha producido 51 medallas de oro olímpicas a lo largo de los años.

Además de los atletas de élite, el centro era un espacio vital para la comunidad. Tonia Trombetta, quien nadó allí por 50 años, recuerda que las condiciones se deterioraron mucho antes de su cierre. “Los vestuarios estaban tan sucios que los nadadores traían productos de limpieza de casa”, comentó. También mencionó que la falta de agua caliente era una vergüenza durante las competencias internacionales.

Impacto en la comunidad y el futuro del centro

El cierre del centro ha obligado a los residentes a trasladarse a otras piscinas comunitarias, como las del parque Mary Gomez y el centro para personas mayores, lo que ha generado saturación en los horarios de natación.

En respuesta a la crisis, los tres clubes acuáticos principales —natación, buceo y nado artístico— han formado la Santa Clara Aquatics Foundation. Su presidente, Vikas Gupta, subraya que el impacto del centro va más allá del deporte competitivo: “Es un lugar donde la gente aprende a nadar”.

Gupta también destacó la posible relevancia del centro para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, ya que los atletas suelen viajar con semanas de anticipación para entrenar en instalaciones cercanas. Sin embargo, dado el estado actual del proyecto, es poco probable que las renovaciones estén terminadas para entonces.

A pesar de las dificultades, Gupta mantiene la esperanza de que la reconstrucción avance, recalcando que el centro de natación es una inversión en la comunidad. “Aprender a nadar no es un lujo. Estamos construyendo nuestro futuro, nuestra juventud, la próxima generación”, afirmó.