En un reciente debate sobre la Ley “Fallar en Proteger”, expertos en salud mental y defensores de los derechos de las víctimas discutieron las implicaciones de esta legislación, cuyo propósito es garantizar la seguridad de los niños en situaciones de violencia doméstica. Sin embargo, la aplicación de esta ley genera un dilema complejo: ¿Qué es más dañino para un menor, ser separado de su familia o permanecer en un entorno abusivo?
Como es conocido la ley “Fallar en Proteger”, tiene como objetivo principal la protección de los niños en riesgo de violencia doméstica. Sin embargo, se trata de una ley compleja, especialmente en relación con el trauma que pueden sufrir los niños al ser separados de sus familias en contextos de abuso.
Para entender el debate, primero conozcamos que es la Ley “Fallar en Proteger” (Failure to Protect Law) en Estados Unidos, es una normativa que responsabiliza a los padres o cuidadores que no actúan para prevenir el abuso o la violencia contra un menor en su hogar.
Entendamos que, si un niño sufre maltrato físico, abuso sexual o negligencia grave, y uno de los padres o cuidadores sabía del peligro, pero no hizo nada para evitarlo, puede enfrentar cargos legales. En algunos estados, esto puede incluir penas de prisión, incluso si la persona acusada también es víctima de violencia doméstica.
– Impacto en las víctimas de violencia doméstica: Muchas madres han sido procesadas por no proteger a sus hijos de parejas abusivas, aunque ellas mismas eran víctimas del agresor.
– Separación familiar: Los servicios sociales pueden intervenir y retirar a los niños del hogar si consideran que están en riesgo.
– Dilema legal y ético: Se debate si la ley protege realmente a los menores o si castiga injustamente a los cuidadores que, por miedo o dependencia, no pudieron actuar.
IMPACTO DE LA LEY EN LAS VÍCTIMAS
La trabajadora asociada de salud mental Celia Laguna, invitada al programa Alianza contra la Violencia Doméstica, abordan la difícil decisión entre el daño emocional que puede causar la separación y el riesgo de que los niños permanezcan en un entorno violento.
Explicó que la separación de los niños de sus familias puede generar un profundo trauma, pero en muchos casos es una medida necesaria. “Al estar separando a los hijos de sus padres, hay mucho sufrimiento, pero muchas veces están viviendo situaciones traumáticas que los afectan no solo emocionalmente, sino también físicamente”, señaló.
Laguna también destacó que muchos niños son víctimas directas de la violencia dentro del hogar y que los servicios sociales deben intervenir cuando hay riesgos evidentes. “No solo se trata de lágrimas y dolor, sino que, en algunos casos, la violencia puede llegar a ser letal”, advirtió.
¿PROTECCIÓN O CASTIGO?
Uno de los puntos más controversiales de la ley es la percepción de que las víctimas de violencia doméstica, generalmente las madres, pueden sentirse castigadas en lugar de protegidas. En muchos casos, las autoridades responsabilizan a la madre por no haber tomado medidas para evitar que sus hijos presencien la violencia, incluso si ella misma es víctima.
“Los padres sienten que van a perder a sus hijos, pero en realidad los servicios sociales buscan ayudarlos y ofrecerles herramientas para mejorar la seguridad en el hogar”, explicó Laguna. Sin embargo, reconoció que la implementación de la ley puede ser intimidante, ya que en ocasiones se les da un ultimátum a los padres: si no garantizan un entorno seguro, los niños serán retirados del hogar.
ROL DE LOS SERVICIOS SOCIALES
Para mejorar la efectividad de la ley y evitar consecuencias adversas, los expertos proponen fortalecer el trabajo de los servicios sociales a través de:
• Más recursos y capacitación para trabajadores sociales, para que puedan evaluar mejor cada caso y ofrecer soluciones que no impliquen la separación inmediata de los menores.
• Mayor apoyo psicológico y legal a las víctimas, para que puedan salir del ciclo de violencia sin temor a perder a sus hijos.
• Refugios y programas de asistencia que brinden opciones seguras tanto para las madres como para los niños.
• Campañas de educación y prevención desde la infancia, para que las nuevas generaciones aprendan a identificar y evitar relaciones abusivas.
“La educación empieza en casa”, enfatizó Laguna. “Debemos enseñar respeto, comunicación y soluciones no violentas para que nuestros hijos crezcan en un ambiente saludable”.
NUEVOS RETOS
La Ley “Fallar en Proteger” plantea un reto para el sistema de justicia y los servicios sociales. Aunque su objetivo es proteger a los menores, su aplicación debe equilibrar la seguridad infantil con el derecho de las víctimas a recibir apoyo en lugar de castigo. La clave, según los expertos, está en fortalecer la red de asistencia para garantizar que ninguna familia tenga que enfrentar la violencia sin ayuda.
Este artículo es parte del proyecto periodístico sobre la Violencia Doméstica en la comunidad latina y cuenta con el apoyo y generosidad de Blue Shield of California Foundation.