Los tranquilos vecindarios de West Valley, como Los Gatos, Cupertino y Campbell, podrían estar a punto de presenciar una transformación en la forma en que se mueven sus residentes. La compañía tecnológica Waymo, pionera en vehículos autónomos, ha solicitado la aprobación estatal para llevar sus taxis sin conductor a estas comunidades suburbanas, marcando un nuevo capítulo en la movilidad urbana.
Aunque el avance promete eficiencia y seguridad, el debate en las calles tiene un rostro humano: el de vecinos que imaginan un futuro más accesible, pero también expresan inquietudes sobre la convivencia con autos que no tienen conductor.
Waymo presentó recientemente una carta a la Comisión de Servicios Públicos de California solicitando la validación de su plan de seguridad actualizado para pasajeros. El Departamento de Vehículos Motorizados de California ya aprobó los permisos necesarios el pasado 17 de marzo, permitiendo a la empresa operar sin conductores de respaldo en el condado de Santa Clara. Con esta autorización, solo falta la decisión de la Comisión Estatal para que los autos comiencen a recorrer las calles de West Valley.
Entre quienes ven con buenos ojos esta expansión está R “Ray” Wang, concejal de Cupertino. Wang se ha subido a un vehículo Waymo y lo compara con un Uber o Lyft, pero sin conductor. Para él, la propuesta representa una nueva oportunidad de accesibilidad para los residentes, especialmente en una ciudad que ya ha apostado por soluciones innovadoras como el Silicon Valley Hopper, un servicio de viajes compartidos accesible que cobra menos de cinco dólares por trayecto.
“Que la gente pueda usar Waymo o Hopper podría ser más rentable. Por eso es emocionante saber que esto está sucediendo”, expresó Wang. No obstante, advirtió sobre la necesidad de establecer medidas de seguridad en caso de fallas inesperadas.
Waymo, por su parte, ha dicho que la expansión no será inmediata, pero sí metódica. Un portavoz señaló que la empresa continuará trabajando con autoridades locales, servicios de emergencia y comunidades en cada etapa del proceso, buscando una integración paulatina y responsable.
Sin embargo, la falta de supervisión local ha causado cierta sorpresa y preocupación. Waymo no necesita la aprobación de los ayuntamientos locales para iniciar operaciones, solo la autorización estatal. Esto quedó en evidencia tras el fracaso de una iniciativa legislativa del senador estatal Dave Cortese, que buscaba otorgar mayor control a los gobiernos municipales sobre la implementación de esta tecnología.
Para Sergio López, alcalde de Campbell, la llegada de los taxis autónomos podría tener un impacto positivo en la seguridad vial. “Estoy a favor de cualquier cosa que haga nuestras calles más seguras”, declaró. Datos de Waymo respaldan su optimismo: sus vehículos han tenido un 81% menos de accidentes con lesiones en comparación con el promedio de conductores humanos en distancias similares en San Francisco y Phoenix.
Matthew Hudes, alcalde de Los Gatos, también ve con buenos ojos la propuesta. Su ciudad depende de una sola línea de autobús con horarios limitados, y la posibilidad de ofrecer otra alternativa de transporte podría mejorar considerablemente la calidad de vida de los residentes.
Sin embargo, no todos están convencidos. Eugene Bradley, fundador de Silicon Valley Transit Users, expresó su preocupación por la rapidez con la que se está introduciendo esta tecnología. Aunque reconoce que Waymo podría ofrecer un servicio que el transporte público no cubre en zonas suburbanas, también lanza una advertencia: “Esto también es una posible llamada de atención para que VTA mejore el servicio de transporte en el Valle Oeste”.
Mientras los líderes locales analizan los datos y las implicaciones, el debate real se vive en las calles: padres que se preguntan si confiarían a sus hijos a un auto sin conductor, adultos mayores que imaginan mayor independencia y vecinos que valoran la tranquilidad de sus comunidades. La llegada del taxi autónomo a West Valley no solo plantea un avance tecnológico, sino una reflexión colectiva sobre el futuro de la movilidad y la convivencia.